martes, 27 de febrero de 2007

Visión de su Poesía


Alberto Arvelo Torrealba ofrece en su obra, una poesía con una gran fuerza, producto de su paciente maduración lírica y épica. Ha sido visto como un poeta popular que impregna en su obra poética la emoción que le causa la llanura venezolana nativista Y es que sus versos, responden a una vocación profundamente humana y universal, que proyecta la inmensidad del llano, sus palmares, morichal y sus sabanas.
Su poesía trasciende al simple uso de medidas métricas y estrofas vacías, donde la rima del octosílabo es menos importante que el profundo contenido reflexivo, netamente existencial, que universaliza la angustia del poeta ante el mundo y la vida sobre las necesidades de su llano, sobre el valor de su tierra, sin dejar de lado la expresión estética ricamente elaborada, donde las lagunas, los esteros, los palmares y el morichal conforman el corazón del contenido de aquella obra poética que grita a los cuatros vientos el espectáculo del protagonismo heroico, convirtiéndose por momentos en fantasía, en el imaginario sorprendente de la búsqueda de lo real que trasciende hacia lo irreal de manera rítmica.
La gran popularidad de sus versos se explica por la mítica dimensión que adquiere la visión sacados de la vida y del paisaje cotidiano del habitante de las llanuras venezolanas. Se trata de una poesía difícil, enmarcada dentro del naturismo, pero sin ignorar la problemática característica de la poesía de su tiempo. Ubicado en la corriente del verso popular criollo, a veces sin sentido, es un poeta que utiliza las imágenes poéticas de una manera tan extraordinaria que rompe con las simplificaciones para convertirse en un poeta de gran intensidad lírica.
Y es que puede pasar de un lenguaje expresivo de inigualable perfección, a jugar con la clave de su popularidad: la empatía con su entorno inmediato, y el empleo de formas métricas sonoras populares y pegajosas. Sin mencionar el hecho que su verso apunta hacia esas dudas y anhelos existenciales universales.
La importancia del poema aumentó significativamente cuando se hizo la versión musical en la cual el famoso Carrao de Palmarito se convierte, a través de su recia garganta, en un coplero siniestro. Y en la versión del maestro Antonio Estévez, La cantata criolla, posee una fuerza poética por sí misma, rebasando cualquier parámetro populachero para situarla como obra estética de gran aliento, convirtiendo al llano en una metáfora de gran expresividad lírica y musical.

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